Descripción:
A los dos meses, el bebé ya dispone de una mayor fuerza y movimiento en sus extremidades, pero podemos aportarles las herramientas necesarias para favorecer dichos movimientos. No obstante, no hemos de olvidar la parte relacionada con el contacto y estrechar el vínculo afectivo entre los progenitores y el bebé. Por ello, una de las mejores formas de estimular este aspecto, es mediante un masaje.
Qué conseguiremos:
- Fortalecer el vínculo de unión entre el bebé y el adulto. - Fomentar la comunicación tanto verbal como no verbal. - Ayudar al bebé a relajarse y a aumentar su autoestima. - Comenzar a descubrir nuevas expresiones y emociones. Consejos previos: - Asegúrate de que el ambiente sea el adecuado y la temperatura de la habitación sea templada (entre los 20ª y 22ºC.). - Puedes acompañarte de una música suave y una luz tenue. - Utiliza algún aceite vegetal (de almendras, por ejemplo) y comprueba que no le produce al bebé ningún tipo de reacción. - Da mucha importancia a la higiene lavándote las manos previamente e intentando no disponer de anillos, reloj y pulseras para evitar hacerle daño. - Observa el estado del bebé, ya que el mejor momento es cuando se encuentra tranquilo, despierto, con una respiración normal y con ganas de jugar.
Cómo desarrollar el masaje:
- El adulto se colocará en posición de cuna. Estará sentado en una alfombra o colchoneta con las piernas flexionadas y con una planta del pie enfrente de la otra, de tal forma que las piernas formen una especie de cuna. - El bebé ha de tener su cabecita en el hueco que queda al juntar los pies del adulto y sus pies, enfrente del abdomen del progenitor, ligeramente levantados. - Comenzamos a masajear el vientre del bebé de forma suave para que se relaje, primero con una mano y seguidamente con la otra. - Doblamos las piernas del pequeño y las acercamos a su vientre de forma suave. - Pasamos las manos por sus piernas hasta llegar al tobillo para ayudarle a relajarse de nuevo. - Volvemos a masajear su vientre haciendo semicírculos en el sentido de las agujas del reloj y al contrario. - Doblamos nuevamente sus piernas hacia el vientre y les ayudamos a relajarse pasando las manos desde sus nalgas a los tobillos. Podemos repetir entre 3 y 5 veces cada movimiento y hacer este masaje cada día para estimular su sistema intestinal y mejorar la comunicación entre el adulto y el bebé.
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